lunes, 27 de agosto de 2018

¿Son necesarios tantos años de escuela?

La semana pasada publiqué en mi página personal una reflexión que decía así: «He estado viendo muchos anuncios que ofrecen acabar la secundaria en 3 meses y la prepa en 4. Pregunta, ¿por qué si se puede hacer en 7 meses tardamos seis años en hacerlo?».
Ciertamente se trata de una broma, pero hay que tomárselo muy en serio. No se broma que si se pueden realizar estos estudios en 7 meses, nos tome 6 años hacerlo. Analicemos esto con calma y razonamientos fríos. La existencia de estas escuelas puede deberse a una de las siguientes opciones:


lunes, 30 de julio de 2018

Más empresas = mejores salarios

En la entrada anterior expliqué por qué es mala idea aumentar el salario mínimo. Generalmente la primera reacción de muchas personas cuando explico o publico esto es que me dicen cosas como «¿entonces estás de acuerdo con lo que gana la gente?», «¿no quieres que suban los salarios?» y preguntas o afirmaciones similares. En ningún momento he dicho o publicado que no quiero que suban los salarios, por supuesto que es mi deseo también. La diferencia radica en comprender cómo funcionan los salarios y, entonces, hacer una propuesta lógica, racional y empíricamente demostrada para que suban los salarios. En esta entrada explicaré uno de los principios que pueden llevar a un verdadero incremento de los salarios: el pleno empleo.

miércoles, 25 de julio de 2018

¿Subir el salario mínimo?

Hacía mucho que no escribía en este blog. A partir de hoy espero poder hacerlo más seguido, al menos una vez por semana.

En esta ocasión voy a publicar sobre un tema que está muy en boca de todos: el salario mínimo.

El día de ayer leí un artículo que mencionaba que el salario mínimo ideal en México debería ser de poco más de 22mil pesos al mes. Idea que a muchas personas seguramente les habrá fascinado, pues representaría un aumento enorme de sus ingresos. Sin embargo, hay que entender algunos conceptos básicos sobre el salario para entender por qué estas propuestas son inviables.

jueves, 27 de marzo de 2014

Educación basada en competencias

Ha estado circulando en Facebook una publicación que supuestamente habla de la educación basada en competencias, criticando este modelo de enseñanza. Esta publicación cuenta que en una tienda la empleada no supo hacer una simple operación matemática para entregar el cambio al cliente y entonces empieza a hacer un recuento de cómo era y cómo es la educación y al llegar a la educación basada en competencias afirma elementos falsos sobre ella. La publicación dice lo siguiente:

La semana pasada compré un producto que costó $158. Le di a la cajera $200 y busqué en el bolsillo $8 para evitar recibir más monedas. La cajera tomó el dinero y se quedó mirando la máquina registradora, aparentemente sin saber que hacer. Intenté explicarle que ella tenía que darme $50 de cambio, pero ella no se convenció y llamó al gerente para que la ayudara. Tenía lágrimas en sus ojos mientras que el gerente intentaba explicarle y ella aparentemente continuaba sin entender.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Resultado parcial del experimento realizado el 13/09/13

Me encuentro realizando una investigación desde la Retórica cuya finalidad es analizar el discurso de lo que llamaremos «gente de izquierda», es decir, gente que está en contra de el «neoliberalismo», la economía de mercado, el consumismo y, por ende, en contra de las política actuales en México y el mundo, en contra del gobierno, de sus reformas, etc.

La hipótesis que recorre este trabajo es que utilizan estrategias retóricas basadas en la agresión, pero que, he aquí el problema, están dirigidas a ofender a todos aquellos que no opinan igual que ellos (la gente de izquierda).

viernes, 6 de septiembre de 2013

Una lección de estrategia

Desde muchas perspectivas, lo que están haciendo los docentes y muchos otros manifestantes en la Ciudad de México está equivocado. En esta ocasión no vamos a valorar ni moral ni políticamente lo que han hecho: secuestrar la ciudad e inmovilizar a miles de personas que desean continuar con sus vidas, sólo porque ellos no están de acuerdo con la forma de ver las cosas de aquellos que protesta. Es evidente a todas luces que se trata de un intento de imponer una manera de pensar a los demás. Pero, por esta ocasión no vamos a valorar eso.

Lo que vamos a razonar aquí es un fallo fundamental en las acciones realizadas debido a la falta de pensamiento estratégico por parte de los organizadores y participantes de estos movimientos. Es increíble que algunas personas en las redes sociales hayan tenido el atrevimiento de comparar a estos sujetos con personajes de la talla de Hidalgo, Morelos o Bolívar; cuando es evidente que la calidad de sus formas de actuar es innegablemente distinta. Fundamentalmente encuentro tres fallos estratégicos en su forma de actuar:

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Ahora entiendo por qué tienen cerradas nuestras calles


Al principio, como muchos otros, pensé que lo que hacían los profesores, cerrando calles, haciendo marchas, dejando a los estudiantes sin clases, eran acciones despreciables e injustificadas.
Sin embargo, esta mañana desperté con un gran cargo de conciencia. Me dije a mí mismo «oye, no es posible que formules opiniones sin estar bien enterado de lo que sucede. Porque es evidente que todos los que han opinado están bien informados y han justificado sus opiniones no en supuestos y decires, sino en datos verificables y concretos. Porque me parece evidente que todos los que se han manifestado a favor y en contra de la reforma educativa, así como de la Ley General del Servicio Profesional Docente, son personas que la han estudiado con calma, a profundidad. Personas que han revisado palabra por palabra la propuesta y que, gracias a este estudio concienzudo y sistemático, han emitido las opiniones que emiten. Seguramente —seguí diciéndome—, todos y cada uno de los profesores que se manifiestan en las calles, carga consigo una copia de la propuesta y en sus ratos libres lee y relee los artículos que la componen, para prepararse así a un debate público; pues sería vergonzoso que les preguntaran contra qué luchan y no supieran decirlo o que dijeran mentiras basadas en la desinformación.
¡Qué vergüenza, me dije, que a estas alturas tú no hayas revisado sistemáticamente la propuesta. Deberías leer la Ley General del Servicio Profesional Docente para tratar de comprender la situación».
Fue así que me di a la tarea de leer dicha ley, ya aprobada, para tratar de comprender más la inconformidad de mis colegas de profesión docente, así como las sensatas, amables, gentiles y razonadas publicaciones que amigos, conocidos y desconocidos han hecho circular por las redes sociales.
Fue así que llegué a la intelección racional y emocional del problema. He aquí mis conclusiones: